Para finalizar con todo lo que aconteció en la jornada de la festvidad del Corpus Chrsti de 2011, he de dar las gracias a todas esas personas que con su ayuda desinteresada, han conseguido levantar estos altares de alabanza a Cristo Sacramentado, y que junto a mi persona, todos a una hemos sentido la dicha y la experiencia de hacer algo por los demás sin esperar nada mas, que el paso de Cristo mismo, bendiciendo nuestro esfuerzo.
El viernes comenzo para mi la festividad del Corpus, instalando con mis hermanos de Humildad y Paciencia ese magnifico altar, ellos mismos ya son veteranos en esto, y lo demuestran año tras año, mi aportación fue vestir la imagen de Santa Teresa.
Ya desde muy temprano del sábado, jornada de duro trabajo para poder instalar el altar del grupo parroquial de Ntra. Sra. del Transito, que es el que mas esfuerzo ha costado, ya que es un grupo muy pequeño y era mucha la tarea a realizar, gracias a Antonio y a Victoria y otros mas se pudo realizar.
La federación de gloria se acerco porque necesitaba alguna cosilla y se le presto la placa de la Sagrada Cena y un frontal de encaje antiguo.
Sobre las seis y media de la tarde me vienen a buscar porque aun estaba sin montar el altar de la Virgen del Sol, de la barriada de la Mosca, y rápidamente nos pusimos manos a la obra y todos a una consguimos instalarlo rápidamente para que sobre las ocho de la tarde se quedara listo, a falta de flores que se pusieron en la madrugada, mas descansadamente.
Los altares se inauguraron sobre las ocho de la tarde, pero solo los de calle Larios, porque de los que o estábamos en la misma, mas bien que se olvidaron, no paso ni banda de música alguna ni nadie de la organización.
Luego estar de vigilancia constante, porque estando en la calle, y mas la noche de un sábado con la movida de los bares es complicado, pero afortunadamente no hay nada serio que reseñar.
Amaneció el feliz día, y durante todo el mismo multitud de personas se acercaron a visitarnos y con esa satisfacción llego la tarde y la procesión, Cristo Sacramentado paso ante nosotros y con la mayor felicidad, nos vemos en ese instante ya recompensados del esfuerzo, y esperamos y pedimos al Señor que el año próximo, volvamos con las mismas fuerzas.
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